lunes, 9 de febrero de 2015

"ALTER EGO” por Graciela Beatriz Sovran Haro

Por qué acertadamente eligiera Alfredo Legnazzi  para su segunda novela un título en latín, yo concluiría la misma con los dos eternos tópicos romanos: “carpe diem”  y “tempus fugit”.
El contador Julián Hamzuk, hombre muy capaz y de una moral muy alta, trabajaba afanosamente y con una ambición inquebrantable. Su paso por las empresas, exitoso y trunco al mismo tiempo, le va enseñando que vivir y progresar no es fácil, que hace falta poner mucho de sí mismo para lograr algún pequeño triunfo.
La cita, la limusina y la extraña fiesta es fantástico.  Y al mismo tiempo el sueño y el infarto realista.
La  mujer,  de la cual se había divorciado y que él no menciona con afecto en ningún momento del relato, demuestra tener mejores sentimientos que él al asistirlo.
La vida, por la cual Julián luchara afanosamente hasta el límite, le otorga  otra oportunidad: su actividad continúa pero debe esforzarse en vivir más que en trabajar, en el “carpe diem” más que en la ambición desmedida. Julián Hamzuk se vuelca otra vez en el camino del tiempo, pero esta vez con mayor lentitud y una íntima esperanza.
Legnazzi es un excelente narrador, sabe despertar expectativas, conoce ampliamente el  ámbito de las empresas en la República Argentina, conoce muy bien la psicología de los oficinistas.
“Alter Ego” es una novela que se lee con facilidad, con entusiasmo. Su autor demuestra tener gran capacidad de novelista y un promisorio futuro en la literatura, en los planos del realismo y del superrealismo.

Graciela Beatriz Sovran Haro

Profesora de letras

Escritora